Coronel Moldes: un gato montés rescatado del mascotismo

  • Policía Ambiental y Patrulla Rural allanaron una propiedad para recuperar un felino que tenían como una mascota.
  • No solo es ilegal tener fauna silvestre, sino que también es peligroso para el animal y para el ser humano.
  • Además, tener un animal salvaje como mascota no lo convierte en doméstico.

Luego de que se difundieran imágenes en medios nacionales mostrando la tenencia de un gato montés como mascota en una vivienda del departamento Río Cuarto, personal de Policía Ambiental realizó un trabajo de investigación y junto con la Patrulla Rural de la departamental sur dio con el paradero del ejemplar.

Los agentes del Ministerio de Coordinación y de la Policía de la Provincia allanaron el domicilio, recuperaron el gato montés de aproximadamente seis meses de edad y lo trasladaron al Tatú Carreta, de la localidad de Casa Grande, para que evalúen su estado sanitario y posibilidad de reinserción en la naturaleza. Además, secuestraron tres jabalíes adultos.

La historia de este animal comenzó cuando una persona oriunda de Coronel Moldes lo encontró al costado de la ruta, siendo un cachorro -porque al parecer su madre había sido atropellada- y en vez de comunicarse con las autoridades competentes en materia de fauna silvestre en la provincia de Córdoba, se lo llevó a su vivienda y comenzó a tratarlo como una mascota.

“Tener fauna silvestre como mascota no solo que es ilegal y está prohibido por ley- a nivel nacional y provincial- sino que también es muy peligroso. Los animales silvestres tienen comportamientos propios de su especie y su condición salvaje puede representar un riesgo para las personas que los quieren tratar como animales domésticos”, explicó María Victoria Muccillo, secretaria de Policía Ambiental.

En relación a las consecuencias que supone para la biodiversidad el mascotismo ilegal de fauna silvestre, la funcionaria expresó: El mascotismo trae consecuencias ambientales y sanitarias graves para la especie”.

El en video viralizado se puede escuchar como esta persona dice que comenzó a criarlo y se fue amansando, pero cuando lo alimentan con carne cruda el animal se transforma. “Es irresponsable y erróneo suponer que por tener de mascota a un ejemplar silvestre esa especie va a ser doméstica. Se requiere un proceso de muchísimos años y múltiples factores para domesticar una especie animal”, informó Laura Garutti, bióloga del área técnica Policía Ambiental.

Y luego profundizó: “Con frecuencia, creemos que estamos haciendo una buena acción al extraer un animal de la naturaleza, brindándole alimento y trasladándolo a un lugar que pensamos puede ser más seguro, pero ocurre que esa acción produce un daño irreparable para los animales silvestres, ya que podemos equivocarnos en los cuidados que necesita y muchos de ellos se acostumbran a estar con los humanos y no pueden regresar nunca más a su hábitat”.

Silvestres y domésticos

La diferencia principal entre los animales silvestres y los domésticos radica en que los primeros no necesitan del ser humano para sobrevivir, ni propiciarse alimento o agua. Sin embargo, cuando son quitados de su ambiente a una temprana edad se produce una disociación con su especie y eso es lo que les impide que aprendan los comportamientos salvajes.

En el período de tres semanas hasta los tres meses de vida realizan un proceso de identificación con su especie, esta huella se llama impronta. Entonces, cuando se los extrae de su hábitat, identifica al humano como proveedor de alimentos y luego no pueden reconocerse como parte de su especie.

Rehabilitación

Cuando un ejemplar de fauna silvestre es rescatado e ingresa a un centro de rescate se le debe brindar atención primaria y valorar a ese individuo para determinar qué atención veterinaria inmediata necesita.

Superada esta instancia lo que sigue es la etapa de cuarentena, porque la fauna silvestre al estar en ámbitos domiciliarios o en contacto con el ser humano, adquiere complejos virósicos y parasitarios que no son propios del ambiente silvestre, sino que son propios de los ambientes domésticos.

La totalidad de los individuos recuperados son evaluados para determinar si pueden regresar a la vida silvestre, pero no todos logran reunir las características comportamentales para ser restituidos, aunque sanitariamente estén aptos. Algunos deben iniciar un proceso de rehabilitación para adquirir nuevamente cualidades, capacidades físicas y conductas que le permitan sobrevivir en el medio silvestre.

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